al acecho de presas y más presas,
en sus ojos fiereza y más fiereza,
que distraer no podía a mi enfoque.
Dábale a su víctima fin, de un toque,
tragábala en segundos, sin pereza,
aun llena continuaba, qué bajeza,
y ponía a cada víctima en jaque.
Pero por más feroz y desalmada,
que la inmunda bestia sin nombre fuera,
no era ella quien de manera porfiada,
buscaba a sus presas en las praderas,
eran ellas que con burlesca oteada,
excitaban su infamia carnicera.
AÑO DE CREACIÓN: 2010.
AUTOR: Mariano Reyes.