Día y noche alardeó de su uniforme,
al entrar a casa el sueño la envuelve,
a su escueto coqueteo ella se vuelve,
y se entregó a él sometida y conforme.
Mi aciaga mente divaga, inconforme,
por qué a la luz su mirada no vuelve,
y sí a la antiluz que a su piel resuelve,
mi aciaga mente divaga, no informe.
Pasará sus días siempre vestida,
y con su sensual y sexual ropaje
a todos atraerá, decidida.
Y muy pocos odiarán su brebaje,
que bárbaramente "mata" a escondidas
y que mentes tuerce, con harto faje.
AÑO DE CREACIÓN: 2010.
AUTOR: Mariano Reyes.