Merodeaban por las tierras sin nombre,
ingenuas e incautas las presas fáciles,
eran tan finas al tiempo que frágiles,
que risa daban al ojo del hombre.
Y no perdonaba a la bestia el hambre,
que satisfecha era en sus fauces ágiles,
salía del monte y con garras hábiles,
mataba a todo animal del enjambre.
Y cuando del denso monte emergía,
ningún soberbio animal la esperaba,
pues ninguno sabía que existía.
Y un ave que el cielo sobrevolaba,
de ayudarlas trató mas no podía,
ya nada el fin de las presas cambiaba.
AÑO DE CREACIÓN: 2010.
AUTOR: Mariano Reyes.